Reflexiones parte II

Fue un encuentro poco frecuente, la conocí por azar en un parque delante de la plaza, no abultaba mucho, no  era más grande que una paloma con sus pequeñas plumas. Allí estaba rodeada de palabras, de nombres comunes como el mío, Me dio un libro, luego otro, páginas que estallaron ante mis ojos. No te mueras todavía, tienes tiempo, espera. No es tu hora, pequeña flor. Dame un poco más de ti. Dame un poco más de tu vida. Espera. En las historias de amor no hay siempre sólo amor, a veces, no hay ni un te quiero. Y sin embargo, queremos.



Comentarios

  1. ¡Qué bonito Enri!
    ¿Soy yo, eso de que la primavera la sangre altera o tú estás muy romanticón?
    Un beso!

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